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100 de suerte, Capítulo 5. Demasiado débil, ¿por ahora

Aquella caminando en frente de mí, la mujer dragón con el nombre de Seryanna Draketerus, ¡era realmente de miedo! Ahí estaba esta extraña y poderosa aura alrededor de ella, aquella que te decía que te alejaras de ella o si no terminarías como carne picada lista para ser servida a alguna clase de monstruo temible. Me espantaba y hacía que mi cabello se erizara. Si pudiera compararla con algo, tal vez sería como estar en el medio de una jaula con lava en la parte superior mientras miles de asesinos profesionales estaban listos para saltar sobre ti. Sus cuchillas por seguro que cortarían tu frágil carne, pero los venenos y todo tipo de toxinas te mantendrían vivo lo suficiente para experimentar todo el agudísimo dolor que su tortura tenía para ofrecerte. Por supuesto, podrías estar consciente de todo eso antes de que pasara. Bueno, ese tipo de miedo y peligro era lo que sentía en ese momento. El por qué estaba en esa especie de predicamento, era bastante simple.

Con el fin de que nosotros no seamos acosados por el poder de bestias peligrosas, Seryanna liberó una poderosa y amenazante aura alrededor de ella. Funciono, pero también ahuyentó a todas las pequeñas criaturas que pudieron convertirse en nuestra cena, como conejos.

La primera vez que sentí esa temible presencia, temblé como si fuera un ratón atrapado en un cuarto lleno de gatos hambrientos, pero mientras las horas pasaban, me acostumbré a ello. Eventualmente, mi cuerpo y mente lo ignoraban, pero que me enfocara en intentar acostumbrarme a ello debió haber tenido algo que ver con mi repentina adaptación a su presencia.

Aquella caminando en frente de mí, la mujer dragón con el nombre de Seryanna Draketerus, ¡era realmente de miedo! Ahí estaba esta extraña y poderosa aura alrededor de ella, aquella que te decía que te alejaras de ella o si no terminarías como carne picada lista para ser servida a alguna clase de monstruo temible. Me espantaba y hacía que mi cabello se erizara. Si pudiera compararla con algo, tal vez sería como estar en el medio de una jaula con lava en la parte superior mientras miles de asesinos profesionales estaban listos para saltar sobre ti. Sus cuchillas por seguro que cortarían tu frágil carne, pero los venenos y todo tipo de toxinas te mantendrían vivo lo suficiente para experimentar todo el agudísimo dolor que su tortura tenía para ofrecerte. Por supuesto, podrías estar consciente de todo eso antes de que pasara. Bueno, ese tipo de miedo y peligro era lo que sentía en ese momento. El por qué estaba en esa especie de predicamento, era bastante simple.

Con el fin de que nosotros no seamos acosados por el poder de bestias peligrosas, Seryanna liberó una poderosa y amenazante aura alrededor de ella. Funciono, pero también ahuyentó a todas las pequeñas criaturas que pudieron convertirse en nuestra cena, como conejos.

La primera vez que sentí esa temible presencia, temblé como si fuera un ratón atrapado en un cuarto lleno de gatos hambrientos, pero mientras las horas pasaban, me acostumbré a ello. Eventualmente, mi cuerpo y mente lo ignoraban, pero que me enfocara en intentar acostumbrarme a ello debió haber tenido algo que ver con mi repentina adaptación a su presencia.

"¿Cuánto es que falta hasta que alcancemos ese lugar?" le pregunté al punto de que estaba agarrando mi estómago para detenerlo de que rugiera.

Han pasado un par de horas desde que nos conocimos. Mi estómago estaba vacío, y mis pies dolían. No estaba vistiendo mis cómodas prendas modernas, sino el típico ropaje de primer nivel. Tenía un chaleco de cuero, un par de zapatos de cuero, una camisa de lino y un par de simples pantalones atados alrededor de mi cintura con una cuerda, haciendo del largo viaje una pesadilla para mí. Por lo menos, no me estaba quejando de eso con ella. Respecto al por qué estaba vistiendo tales prendas en mal estado, bueno, eran los ítems básicos con los que fui arrojado en este mundo por una cierta entidad divina.

Recordando mis habilidades, la parte 100 Suerte me permitía esquivar rocas afiladas justo a tiempo. Con ese tipo de zapatos en mis pies, patearlas no era una broma. ¡Eso realmente habría dolido si lo hubiera hecho!

"Mañana. Por ahora, mantén tus ojos abiertos por plantas extrañas. Yo me encargaré de cualquier monstruo que quisiera atacarnos." Ella respondió con una expresión estoica en su rostro.

"Lo intentaré…" eso dije, pero estaba más preocupado sobre por donde es que pisaba y por si algún monstruo quería saltar hacia mí para darme más que un abrazo con sus letales garras.

Hablando de plantas, vi unas cuantas que eran peculiares. Tenían todo tipo de hojas y pétalos retorcidos, diseños extraños, y muchas de ellas se veían como si hubieran sido sacadas del catálogo de un artista de fantasía. Por supuesto, no reconocí ninguna de ellas, y Seryanna estaba caminando al lado de ellas sin ningún cuidado. Solo podía asumir que no eran importantes, o quizás, ella no las veía como algo que necesitara.

Los detalles que ella mencionó sobre el hongo me recordaron de uno venenoso usado regularmente en los videojuegos, creo que el nombre era Amanita. Pero esa cosa tenía puntos blancos en la capa. Aquel que Seryanna estaba buscando era completamente rojo.

Cuando alcanzamos un pequeño río, estaba a punto de acercarme a él y tener un trago del agua cristalina, pero ella me detuvo. Tomando una pequeña piedra, ella la arrojó al agua y una gran serpiente con una piel perfectamente camuflada nadó hacia fuera. Casi me ensucio en mis pantalones cuando vi a la criatura deslizándose.

"¿Cómo es que…huh?" le pregunté, pero ella me ofreció la respuesta rápida caminando hacia un árbol caído que actuaba como puente.

Desafortunadamente, no estaba situado convenientemente cerca de nosotros. Esa cosa estaba a media hora de camino. Podíamos verlo de lejos por que era enorme, casi 6m de diámetro y lo suficientemente largo para extenderse por las dos orillas.

Para subir a él, Seryanna solo tuvo que saltar una vez, pero yo era humano. No había manera de que pudiera saltar así de alto, ni siquiera podía hacer una clavada. Viendo eso, ella chasqueó su lengua y me ayudó agarrándome literalmente por el cuello y tirándome arriba como un inútil saco de papas. Tengo que admitir, esa mujer sí que tenía fuerza en su brazo.

"Si ves ojos en la superficie, agáchate." Ella me dijo mientras cruzábamos.

Presté atención a mis alrededores, pero ciertamente deseaba que ninguno de esos monstruos quisiera masticarme.

"Dime, ¿qué tan fuertes son los monstruos aquí?" le pregunté después de que cruzamos el río a salvo.

"Eso es raro… nunca antes crucé este río sin ser atacada por lo menos una vez…" ella dijo mientras miraba hacia atrás, ignorando por completo mi pregunta.

"¿Quizás solo somos afortunados?" eso dije, pero entonces recordé mi Suerte de 100. ¿Podría ser? Me pregunté yo mismo.

Si esto fuera un típico RPG, y la Suerte influenciara las probabilidades de ser atacado en el puente en la forma de un evento, entonces no importaba que girara, sería capaz de obtener las probabilidades máximas de NO ser mutilado por serpientes gigantes y otros monstruos.

Seryanna no se quedó pensando en la cosa del río por mucho tiempo porque era visible que se estaba haciendo tarde, y ella no quería que acampáramos cerca de la orilla.

¿Cuántas horas es que tiene un día en este mundo de todos modos? Me preguntaba mientras miraba arriba hacia el cielo.

Por lo que sé, la duración de un día era estrictamente dependiente de la velocidad de rotación de un planeta alrededor de su propio eje. Considerando la probabilidad de que el mundo fuera parecido a la Tierra, pero con una superficie mayor, había la probabilidad de que un día fuera más largo de lo que estaba acostumbrado.

Cuando nos detuvimos en el punto donde se suponía levantaríamos el campamento, decidí preguntarle.

"Sir Seryanna, esta debe ser una pregunta tonta, ¿pero cuantas horas es que tiene un día?"

Mis opciones eran muy simples: pregunta, y deberías obtener una respuesta; no preguntes, y podrías permanecer por siempre sin pista de la verdad. También había una opción tres: empezar a contar los segundos, lo que preferiría no hacer.

"Pregunta rara… 32 horas."

"¿Horas dragón o humanas?" le pregunté un poco escéptico acerca de la respuesta.

Ella me entrecerró sus ojos. ¿Fue una advertencia?

"Horas son horas, no son ni dracónicas ni humanas."

"Así que, ¿1 hora significa 60 minutos, y 1 minuto significa 60 segundos?" le pregunté otra vez, probando mi suerte un poco.

"Sí. Ha sido así desde que Chronos ofreció el tiempo a nuestro mundo."

"¿Cronos? ¿Cómo con el padre de Zeus?" Le pregunté, deseando saber si la mitología Griega se había extendido de alguna manera a este mundo.

"¿Qué?" entrecerró sus ojos y frunció el ceño.

"¿Equivocado?"

Ella asintió. "Chronos es el dios primordial del tiempo. Zeus el dios del relámpago y la virilidad. Cronos es el amado padre de Zeus. Pero en efecto, algunos grupos primitivos aún creen que Chronos, el dios, es lo mismo que Cronos, el titán, sin mencionar el hecho de que Cronos es un monstruo barbárico que se comió a sus propios hijos. Pero suficiente de esto. Tenemos que levantar el campamento aquí y continuar nuestro viaje mañana. El Sol no estará arriba por otras 12 horas, así que primero puedes descansar." Ella me dijo y justo como eso, ella empezó a levantar el campamento.

"Está bien. Perdón por preguntar algo ridículo…" le dije a ella.

"Eso no importa. Los humanos no son conocidos por su inteligencia o amabilidad hacia otros diferentes de ellos." Ella lo dijo sin mucho tacto.

De alguna manera, tengo el presentimiento de que mi misión aquí no va a ser muy fácil, especialmente si los humanos son, en efecto, como ella describe que son. Por el lado brillante de las cosas, ahora sé que este planeta es mucho más grande que la Tierra, y que comparte parte de su mitología. ¿Es por culpa de ese ser divino que nos envió aquí o podría ser que esos dioses eran reales desde el principio? Medité mientras me paraba a un lado y la miraba trayendo un par de rocas para una pequeña fogata.

Hablando de que, no vi ninguna mochila sobre Seryanna. Tan lejos como puedo recordar, durante el periodo medieval, la gente nunca viajaba ligera a través de un bosque o en una larga travesía. Un iniciador de fuego era algo obligatorio, al igual que una cobija para las largas y frías noches. Pensando sobre ello cuidadosamente, este planeta tenía días y noches más largos que la Tierra, así que no era como que la gente viajara sin prepararse.

"En lugar de quedarte parado ahí como una roca, ¿puedes ir y traer algo de madera para el fuego?"

"¿Oh? Sí, seguro…erm ¿solo palos y ramas secas verdad?"

Levantando una ceja, ella me aventó una mirada extraña. Debí haber dicho algo extraño, pero ella no dijo algo más, solo sacudió su cabeza y regresó por más rocas.

Suspirando, empecé a mirar alrededor. La primera cosa que hice fue tomar una vara y empezar a picotear alrededor. Lo último que quería era una mordida de serpiente en un mundo donde un antídoto era de seguro difícil de encontrar o conseguir.

Bueno, tengo esa cosa de 100 de Suerte, ¿quizás nada me llegue a pasar? Oh, ¡como deseo que sea de esa forma! Eso pensé mientras empecé a recoger algunos palos y ramas quebradas.

Mientras miraba alrededor, encontré una planta interesante. Tenía la forma de una Venus Atrapamoscas azul, pero no se sentía peligrosa del todo. Al principio, pensé en tomarla directamente, pero luego mi cerebro me advirtió de que posiblemente era una trampa. Me detuve y simplemente la miré de lejos. Levantando mi vara, la pinché, pero ningún gas u otra cosa salieron de ella. No había vides extrañas moviéndose alrededor, y la hoja en la cima de la trampa ni siquiera se movió. La curiosidad me empujaba a querer agarrarla, pero mis instintos de jugador me estaban gritando: ¡¡Es una TRAMPA!!

Solo la voy a dejar ahí y le diré a Seryanna de ella… eso pensé y continué mi búsqueda por madera para el fuego.

Cuando regresé al campamento con mis brazos llenos de madera, me encontré con una sorprendente escena. La mujer dragón caballero estaba junto al fuego, pero la parte de arriba de su armadura estaba tendida en el suelo junto a ella. Llevaba algo similar a una camisa de seda gruesa debajo, y tengo que decir, esos grandes globos de ella no estaban ahí la primera vez que la miré. La armadura hizo su trabajo su trabajo de esconder su potencial erótico. Como nota, ella estaba sentada en una silla y detrás de ella, pude ver dos tiendas de acampar para que pudiéramos dormir. Junto a ellas había una vara simple con un cristal azul en la parte de arriba. Para lo que ella estaba haciendo, estaba cortando la carne de lo que parecía ser una araña gigante.

"Erm… ¿Es eso? ¿Y todo eso?" pregunté mientras me mantenía lo más alejado posible de esa cosa muerta.

"¿Oh? ¿Estás de vuelta? ¿No te encontraste con arañas en tu camino? Una me atacó tan pronto como te fuiste, la maté y me las arreglé para alejar al resto." Ella dijo mientras levantaba su cabeza y se limpiaba el sudor de su frente. Pequeñas gotas fluyeron alrededor de su cuello y dentro de su expuesto escote, mientras que su largo cabello rojo lo tenía amarrado en una cola de caballo.

Tragué saliva.

"Sí… traje la madera, ¿y a que te refieres con arañas?" le pregunté inclinando mi cabeza.

"Esta parte del bosque está infestada de esas arañas gigantes. Estoy sorprendida de que tuvieras las agallas de ir tan profundo en el bosque." Ella explicó mientras apuntaba al cadáver junto a ella.

"Erm… ¿infestado?" pregunté parpadeando de la sorpresa.

Ni siquiera vi un solo insecto allá adentro, mucho menos una araña gigante.

"Sí, pero si tienes un cristal protector como el de ahí o una Flor Cúpula a la mano, deberías estar bien."

"No tengo ninguno… Espera, ¿estás diciéndome que me aventuré dentro de un bosque lleno de arañas gigantes? ¿Por qué no me advertiste de eso antes?" le pregunté mientras ponía la madera junto a ella tratando de evitar las peludas patas de la araña.

"Estaba ocupada. Además, no te dije que fueras profundo en el bosque. Si hubieras buscado alrededor del campamento hubiera estado bien, pero figuré que eventualmente volverías corriendo y gritando si te hubieras encontrado con alguna." Me dijo calmadamente.

"Erm… Pero… *Sigh*…" traté de decir algo, pero no tenía argumento para contradecirla.

Ella tenía algo de razón, y no había necesidad de que ella cargara conmigo alrededor, especialmente cuando yo no era de ningún uso en combate.

Hablando de flores… pensaba mientras recordaba la Venus Atrapamoscas.

"Erm, ¿acaso la Flor Cúpula se miraba a algo parecido a esto, pero azul?" le pregunté haciendo un dibujo simple en el suelo.

"¿Hmm? Sí. ¿Cómo es que sabes cómo se mira?" ella preguntó levantando una ceja.

"Hay una de ellas por allá. ¿Tal vez esa es la razón por la que no fui atacado?"

"Definitivamente. Seguro que eres suertudo. Mañana por la mañana iré a recogerla." Eso me dijo y procedió a seguir cortando la carne del exoesqueleto de la araña.

Tomé asiento en el otro lado y traté de evitar el tener mis ojos mirando fijamente a su pecho en movimiento mientras ella usaba el afilado cuchillo para cortar en el monstruo. Al principio, me estaba preguntando qué es lo que iba a hacer con ella, pero una vez empezó el fuego, entendí que se iba a convertir en nuestra cena. Sabía a pollo, la carne no era muy dura, pero necesite masticarla un poco más de lo usual.

Cuando estaba disfrutando mi cena: carne de araña en una vara, me di cuenta de algo peculiar sobre nuestro campamento. Seryanna no trajo ninguna mochila con ella, pero la cantidad de ítems alrededor de mí, empezando con el extraño cetro hasta las tiendas de acampar en la parte de atrás se sentían un poco raros.

¿Dónde es que escondió todo eso? Pregunté para mí mismo, pero mis ojos fueron directo a sus escote.

Sacudiendo mi cabeza, me deshice de los pensamientos pervertidos y simplemente decidí preguntarle.

"Erm, me acabo de dar cuenta, ¿pero de donde es que vinieron todas estas cosas?"

"¿Hmm? Mi bolso." Dijo tranquila mientras estocaba el fuego.

"¿Bolso?" le pregunté, y en ese momento, recordé un viejo dicho: El bolso de una mujer es como un abismo sin fin lleno con más cosas de las que puedas contar o cargar.

Por supuesto, eso era siempre usado como una broma por que usualmente los hombres no eran capaces de encontrar algo ahí incluso si sus vidas dependieran de ello. Había dos cosas a las que los hombres de la Tierra le tenían más miedo: perder las llaves del auto en el bolso de su esposa y perder el control remoto de la TV cuando el juego estaba a punto de empezar. Como gamer, a lo que más temía era el perder la conexión a Internet y a los cortes de energía. Otra vez, yo tenía 18 y estaba en mi último año de preparatoria. Las llaves del auto en el bolso de una mujer era la menor de mis preocupaciones. Tenía exámenes en los que pensar y muchas otras cosas para prepararme para mi futuro, desafortunadamente, ninguno ocurriría conmigo lanzado en un mundo de fantasía.

"Esto." Ella levantó un pequeño anillo con una piedra roja incrustada en él.

"¿Eso es un bolso?" pregunté levantando una ceja.

"¿Qué? No. Esto es solo un anillo. El hechizo [Bolso] está lanzado sobre él."

"¿Bolso? ¿Por qué no Caja de Ítems?" Pregunté pensando sobre los inventarios en los juegos.

"Porque está unido a un anillo, no una caja." Lo explicó como si fuera algo normal.

Me rendí en tratar de entender el “por qué” y el “cómo” del hechizo y decidí simplemente aceptarlo como lo que era: una manera ultra conveniente de cargar ítems.

Mientras el cielo se oscurecía y la luz del fuego se hacía más fuerte, empecé a pensar de nuevo en mi familia. Me estaba preguntando qué es lo que estaban haciendo en ese momento y en qué términos quedaron con mi repentina desaparición. Con un largo suspiro, miré hacia arriba a las ramas de los árboles, pensando sobre ello contemplando el cielo, pero no podía ver nada ahí arriba. Todo estaba oculto detrás de incontables capas de hojas y ramas. Era normal, estaba en el medio de un bosque.

"Sir Seryanna…"

"¿Qué?"

"¿Tú crees que seré capaz de sobrevivir en este mundo?"

Ella permaneció en silencio por un largo momento.

"Tú eres muy débil…" ella respondió.

Era una respuesta muy desalentadora, especialmente viniendo de alguien como ella, pero no dejé que eso me desanimara. Siempre y cuando tuviera esos 100 de Suerte y la habilidad de Domador de Dragón, tal vez aún había esperanza para mí. Y así fue como mi primer día terminó en este extraño nuevo mundo.
bueno, creo que eso ha sido lo suficiente como para enganchar a alguien con la historia. el resto deberás leerlo en la página del traductor. voy a hacer un intento de traducción para los capítulos posteriores al 90, que es donde el traductor lo dejó. lo publicaré aquí.
https://dankitraducciones.blogspot.com/p/100-luck.html
página del autor, inglés.
https://thesylthorian.com

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